La crisis de
medicamentos marcó el inicio del presente año y hasta los actuales momentos, hace
aproximadamente dos años me referí a través de este medio a la odisea que
tenían que sufrir los pacientes portadores de una enfermedad crónica para
conseguir la medicina que imperiosamente
necesitaban. En aquel entonces se manejaba la cifra de 60% de escasez de medicamentos,
hoy en día se conoce que ya se aproxima al
85% o más la cifra de desabastecimiento. En el año 2014, época en que la
crisis de salud comienza a agudizarse de forma acelerada, el paciente tenía que
recorrer varios establecimientos farmacéuticos para conseguir el medicamento o todavía
existía la posibilidad de ayudarse unos a otros donando la medicina que se
necesitaba. No obstante ya estamos en una situación en que la respuesta inevitable e impactante que se le
da al paciente en la red farmacéutica o
en la farmacia de alto costo del Instituto Venezolano del Seguro Social (IVSS) es: “No hay”. La persona portadora de una
enfermedad crónica, de cualquier etiología, amerita tener un tratamiento de por
vida que le asegure una buena calidad de vida pero sobre todo para evitar o
minimizar el riesgo de descompensarse lo que pudiera repercutir en su supervivencia.
Puede llegar a morir si no recibe el tratamiento específico que controla su enfermedad.
El pasado 31 de marzo
la asociación civil “Coalición de
Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida”, Codevida, llevó a cabo una
actividad en el Anfiteatro de Altamira y en ese acto se hicieron presentes varias
organizaciones no gubernamentales, fundaciones o asociaciones de pacientes
crónicos que luchan frenéticamente por el rescate del derecho a la salud en este
país, con una presencia importante de pacientes y familiares. Personalmente
asistí a esa actividad y tuve la oportunidad de escuchar muchos testimonios de pacientes
portadores de enfermedades como diabetes mellitus, hipertensión arterial, enfermedad
de Párkinson, cáncer, hemofilia, Diabetes Insípida, VIH, Hipertensión Pulmonar,
Hepatitis C y otras más, es decir
pacientes con enfermedades crónicas muy frecuentes hasta las de mucho menor
incidencia pero todos con un solo objetivo: luchar por la seguridad de tener el
derecho más sagrado del ser humano que es la vida
Las experiencias y
testimonios que me manifestaron fueron dramáticos y a la vez muy tristes, hacen crecer la impotencia que sentimos los médicos
venezolanos para ofrecer la mejoría o estabilidad clínica en estos pacientes, cito algunas referencias al
respecto. La angustia más importante de las pacientes con cáncer de mama,
aparte de la posibilidad de no poder tener acceso a servicios de radioterapia y
disponer del protocolo completo de tratamiento en relación con la quimioterapia,
es la falla del tratamiento preventivo
que impide una recaída una vez superada
la enfermedad y que tienen que cumplir por
largo tiempo. Otro ejemplo son las personas que padecen enfermedad de Párkinson,
aproximadamente hay 30.000 a nivel nacional y algo preocupante es el registro de 12% de pacientes jóvenes entre 30 a 40 años
que sufren esta enfermedad. Solo se dispone de un medicamento específico para
esta patología y de manera irregular, los que no lo toleran es mínima la
posibilidad de disponer de otra alternativa terapéutica. Si después de 25 días
aproximadamente no toman el medicamento comienzan aparecer las manifestaciones del Párkinson.
También sucede lo mismo con los pacientes que padecen Hipertensión Pulmonar,
una patología crónica poco frecuente, se registran 450 pacientes a nivel
nacional, igualmente manifiestan su angustia por la falla de fármacos
específicos para que puedan mantenerse estables, si no toman de manera contínua
e indefinida estas medicinas pueden presentar complicaciones graves como
colapso pulmonar y cardiovascular con riesgo de muerte. Sumo a las personas que
han recibido un trasplante, la falla de los medicamentos anti rechazo los
expone al riesgo de perder el órgano trasplantado, de hecho ya ha sucedido en
algunos casos. Pudiera citar muchos ejemplos de
pacientes con afecciones crónicas que ameritan tratamiento indefinido y que sufren peligro de descompensarse en
caso de tener que suspenderlo.No obstante todos coinciden en un solo clamor de
angustia y desesperación: “¿Cómo sobrevivimos sin los medicamentos?”. Es
público el fallecimiento de pacientes adultos y niños por falta de insumos
médicos y medicinas. El defensor del pueblo declaró recientemente que: “No ve
las condiciones para declarar una crisis y aceptar ayuda humanitaria “. Estoy
segura que el asombro e impotencia de la gran mayoría de los venezolanos no tendrán límites ante tanta indolencia y descaro.
@mariayanesh
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