" Ciudadanos saludables son el mayor activo que pueda tener un país" Winston Churchill

lunes, 25 de enero de 2016

¿SE IMPONDRAN EL ODIO Y LA REVANCHA?



No puedo dejar de manifestar mi preocupación por los acontecimientos que se han venido desarrollando a partir del momento en que el pueblo venezolano decidió ejercer su voluntad por un cambio de manera democrática y pacífica, en uno de los poderes más importantes del Estado Venezolano como es el Legislativo. De dicho poder emanan las leyes que tienen repercusión en la vida de todos los venezolanos y sobre todo en un momento tan crucial y peligroso para nuestro país debido a la grave crisis estructural que abarca todos los órdenes de la vida nacional: económica, social y política, que pudiera desembocar en una crisis humanitaria, si es que ya no lo es.

Conocimos todas las artimañas y procesos que realizó la anterior Asamblea Nacional de manera atropellada, acelerada e ilegal, además de estar fuera del lapso correspondiente, en los últimos días del pasado año. No obstante, desde la instalación de la nueva Asamblea hemos sido testigos del saboteo constante y el odio que destila la bancada oficialista. El discurso predominante revela la obsesión por el puntofijismo de la cuarta república, el incumplimiento del reglamento interno, lo que supuestamente “la revolución ha hecho por el pueblo”, el golpe de Carmona y unas cuantas cosas más. Aún así la oposición no mencionó el nefasto Golpe de estado del año 1992 y que no se llegó a consumar pero de donde salió el mayor error histórico que ha tenido este país. Sin embargo, lo que todos también sabemos es que tenemos un país que en prácticamente diecisiete años, desde que este gobierno asumió y ha mantenido las riendas del poder, ha desembocado en una crisis sin precedentes. El comportamiento de los diputados oficialistas parece ser la estrategia trazada por el gobierno para obstaculizar de manera permanente al renovado poder legislativo. Por otro lado, me inquieta que la bancada opositora pudiera caer en las provocaciones del gobierno y asumiera una actitud revanchista por lo que el discurso que pudiera prevalecer derive en el juego a la violencia y el odio de parte del gobierno, desviándose así la atención de la agenda legislativa.