Las denuncias en relación a la grave crisis de salud en Venezuela están a la orden del día. No deja de reseñarse a diario alguna noticia, o hacerse público un pronunciamiento de las instituciones o gremios relacionados al sector salud que manifieste la terrible situación de este sector en nuestro país. No solamente en el transcurso de este año se ha hecho saber a la opinión pública todo lo relacionado con el desabastecimiento de medicamentos esenciales, falla en el suministro de materiales y condiciones de los equipos, el deterioro de los centros de salud o el déficit de recursos humanos, aspectos esenciales de esta crisis. Desde hace dos años era posible proyectar lo que estamos viviendo pues fue anunciado por quienes participaron en estas denuncias, hasta que actualmente, la grave situación se vuelve insostenible y parece cada vez más difícil obtener soluciones de parte del Estado Venezolano para ofrecer alguna esperanza a los miles de venezolanos afectados.
La
crisis de salud es de índole estructural vinculada estrechamente a la situación
política, social y económica tan compleja que padece nuestro país y que cada
día que pasa, las soluciones viables se hacen más lejanas. Muchos sin duda se
dicen y preguntan: estamos conscientes en relación a las denuncias, pero ¿qué
propuestas se plantearían para dar posibilidad de respuesta y solución? En
relación a las propuestas, si consideramos el origen estructural de dicha
crisis, comencemos por señalar la deuda pendiente sobre la reforma de la Ley Orgánica
de Salud que fue prácticamente engavetada; el último proyecto de reforma de dicha
ley data del año 2004, además que fue realizado de manera inconsulta, es
importante el consenso de todos los actores involucrados. La Comisión de Desarrollo
Social de la Asamblea Nacional no la llevó a discusión y sin esta ley con la
reforma que exigen los nuevos tiempos, no podemos sentar las bases para la restructuración
de un Sistema Público Nacional de Salud del
cual adolecemos totalmente, tal como lo contempla nuestra Constitución: intersectorial,
descentralizado, participativo e integrado al sistema de seguridad social, pero
sobretodo, con principios de equidad y universalidad.
Otra
de las propuestas que se plantea, es retomar la descentralización en la salud, es
decir, la transferencia de competencias y manejo de los recursos asignados a
las autoridades regionales comenzando por las gobernaciones y alcaldías,
inclusive parroquias y municipios; la toma de decisiones en salud también recae
en la población o comunidades, recursos que serían administrados priorizando
las necesidades. No obstante, la centralización obsesiva del Estado ha
convertido a la administración de la salud en Venezuela en una de las más ineficientes
de América Latina. En relación a la crisis de desabastecimiento en salud, es
importante proponer sobre todo en el área de los medicamentos, acabar con los
convenios desmesurados con otros países para adquirir o comprar los mismos. Es
vital estimular la producción nacional y, para esto, el Estado debe tomar
conciencia que el problema radica en la adjudicación o asignación de divisas; Venezuela se convirtió en un país
totalmente importador. No se pueden comprar medicamentos que antes se producían
en el país, como el meticorten o prednisona. Entonces sale a relucir la grave
crisis económica, que no se quiere reconocer, además de la notada incapacidad e
ineficiencia para resolverla, la cual es el principal factor que incide en esta
crisis humanitaria de salud. Esta propuesta también se aplica al
desabastecimiento de materiales, insumos y equipos médicos adquiridos
igualmente a través de convenios leoninos, que de paso, muchos de ellos son de
mala calidad comprobada. La deuda en relación a la adjudicación de las divisas
en el sector salud es exorbitante. También es vital retomar la información
epidemiológica oficial a través de la emisión de los boletines epidemiológicos
por parte del Ministerio del Poder Popular para la Salud; sin el conocimiento
de esa información no puede existir el control de las enfermedades endémicas y
epidémicas. Por razones de espacio no puedo mencionar otras propuestas. Quizás
las referidas son una parte de las que considero importantes. La crisis es
demasiado profunda y compleja. Por ello, se requiere gran sensibilidad de parte
de los gobernantes para crear un sistema de salud equitativo, eficaz y
eficiente, que dé respuesta oportuna a la población venezolana en todos los
estados de nuestro país. Sin pecar de ingenua, si no han oído las denuncias
quizás mucho menos oigan las propuestas.
@mariayanesh
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